viernes, 22 de agosto de 2008

Traduciendo tus gestos

A pesar de que es la segunda vez que quedamos, me permito el lujo de opinar sobre lo que hablamos, y te hago saber que me reafirmo por el gesto que has hecho.

Traducir tus gestos a sentimientos.

Me preguntas que si aparte de lo que ya te he dicho, he notado algo más...

¿Cómo asegurarme que me estás preguntando lo que creo?

¿Cómo preguntarte si tú has leído los míos?

viernes, 8 de agosto de 2008

Esa mi nueva manera de caminar


Despertar y clavar en la pared con una chincheta, la lista postergada de lo que me conviene o no.


Renacer todas mis mañanas, vestir mi mejor color, ajustar mi ilusión, peinar mi imaginación, desayunar futuro para dos, sonreir antes de salir, antes de entrar, y durante el trayecto que va de la entrada a la salida, y de la salida a la entrada.


Abrir delante del espejo la cajita de madera donde guardo el aroma a café, a pollos a l'ast, a jamón del bueno, a castañas recién hechas,...y echarme unas gotitas en el cuello.


Salir a la calle, y saludar con la cabeza a los hombres y mujeres de paja.


Procurar a mis pupilas, bombillas de bajo consumo, para ahorrar ... aunque miren mucho, aunque lo miren todo.


Olivia (mi cámara) siempre me recuerda que el mundo se ha de mirar con ojos nuevos, exploradores, de los que se dejan sorprender, de los que miran y contramiran, ojos que continuan brillando, aunque no haya luz, aunque miren hacia dentro.


Recalcular mi parte oscura, esa que también me gusta.


Coger mis flechas, salir a la calle, y reconocer mi imagen en los aparadores, cuando me devuelven esa mi nueva manera de andar.


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Explicaciones:


He pasado un tiempo en que la verdad es que me apetecía no estar, no ser, no pensar.

En contra de lo que pueda parecer mi alma no está en sombras, pero sí necesita vacaciones, y afortunadamente, están a la vuelta de la esquina.