jueves, 22 de mayo de 2008

Al escuchar a Morrissey me ha venido a la cabeza




Un verano, cuando yo tenía 15 años, mi familia alquiló una casa en la playa.
Y fue en plena playa, donde me encontré un amigo que conocía desde párvulos, y que casualidades de la vida, tenía una casa en el pueblo de al lado.
Empezamos a ir a todos lados juntos.
Un día me invitó a ir a dormir a su casa. Yo acepté y así lo hice, sin avisar a casa ni nada (recordad que aunque parezca imposible, existió una época en que no había móviles).
En mi casa siempre me han dado libertad para hacer lo que quisiera, siempre y cuando diera explicaciones. Tengo que decir a mi favor, que exceptuando determinados momentos puntuales, mi comportamiento siempre ha sido correcto y congruente, y no he dado muchos motivos para que fuera de otra manera.
A lo que iba, no quieras saber el "pollo" que se montó al día siguiente cuando llegué a casa... Me habían estado buscando por todos lados...
Al verme mi madre me dirigió una mirada gélida y estuvo dos días sin hablarme, de hecho, ni tan siquiera me miraba. Pensé que eso era lo peor que podía hacer, porque consiguió hacerme sentir rastrera...pero me equivoqué... lo peor fue cuando me volvió a hablar...
Ahora lo recuerdo y me averguenza. Tanto que le doy a la cabeza y luego siempre acabo actuando impulsivamente, y haciendo cosas de consecuencias evidentes...
P.D: Sí, ya lo sé, no debería estar "perdiendo" el tiempo en el blog, pero sólo han sido 10 minutitos. Ahora preparo las fotos para imprimir, que para eso me he levantado a estas horas.

2 comentarios:

Jon Doe dijo...

¿Y lo vivito que te sientes al hacer cosas incongruentes?

Un besazo y ánimo con tus tareas extra blog.

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Sinceramente se agradece. Aunque cada vez falte menos,a estas alturas, empiezo a estar muy cansada.

Pero como ya ves, no me he podido resistir a hacer una entrada. Supongo que es normal tener ganas de hacer lo que no se debe.

Un besazo también para ti.