domingo, 25 de mayo de 2008

El centinela


Sangre y sudor, supongo que son las dos palabras que mejor definirían el tipo de vida que había llevado hasta entonces.

En una de las contiendas en las que se lucha para conseguir lo de siempre, poder y territorio, fue apresado, y posteriormente juzgado.

Todos los apresados fueron condenados a morir, todos excepto él. Quizás fue por su fama de repudiado, violento, desconfiado y sin raices, o quizás por el reconocimiento de su osadía, valentía, y el no tener convicciones.
Le fue salvada la vida a cambio de desempeñar un papel maldito, ser guardían de Maia, doncella cuya belleza tenía un efecto semejante al del canto de las sirenas.

Cuando entró en la estancia, recordó las reglas, prohibido mirar, hablar, y evitar que nadie entre ni salga del dormitorio durante la noche. No parecía complicado. Entró con gesto lento y se sentó en la silla reservada a su uso, de cara a la pared y de espaldas al resto.


Ella lo miró con curiosidad y desdén. Mimada y pretenciosa, despectiva, y altiva, despreciaba a los hombres por considerarlos simples siervos. Pero pudo más la curiosidad:

- ¿Quién eres?¿Cómo te llamas?

Él calló y ella insistió:

- ¿Cómo te llamas, mercenario?

Él se giró y se cruzaron las dos miradas frío metálico. Él calló pero su orgullo contestó:

- Para ti, Don Nadie.

Ella pareció recibir con agrado la contestación, porque con una sonrisa en los labios, se dispuso a irse a dormir.

Las noches se sucedían.

Los ratos en que aprovechaba para maldecir su suerte, para maldecirse a si mismo, dieron paso a momentos para pensar sobre si mismo.

El ego de Maia no podía permitir no tener poder sobre esa silueta en claroscuro que se mantenía siempre de espaldas, y empezó a buscar excusas para que él tuviera que girarse y mirarla, ayudar a mover el escritorio porque se le había caído algo por detrás, mirar debajo de la cama porque había oído un ruido sospechoso...

Y cuanto menos caso le hacía, más empeño ponía en esos menesteres.

Empezó a jugar a un juego vil, se acercaba a él por detrás y le hablaba desde muy cerca, sólo la vibración de las palabras rozaban su oreja, su nuca, su espalda...

Él, sabiendo la importancia de ello, se mantenía intacto, inerte, inamovible, impasible, pero por dentro todo se revolvía y retorcía.

Y poco a poco se acostumbraron a ese ritual.

Los días se sucedieron, hasta que en uno de ellos, él le dijo:

- Pronto no tendrás que aguantarme, pronto habré cumplido con los dos años de castigo.

Silencio.

Ella lo miró y le dijo con desprecio:

- ¡Mercenario, no te he dado permiso para hablarme!

Y se fue a dormir.

Desde su puesto empezó a oir un sollozo.

La silueta en claroscuro se acercó al lecho.

- ¿Se encuentra mal? ¿Aviso a su Señora Madre?

-No es nada. ¡Déjame en paz!

Él volvio a su silla però le había acongojado la situación.

Siguieron los sollozos, y se volvió a acercar.

-Te he dicho que me dejes en paz. No soporto que me vean llorar.

Y mientras decía ésto de tan cerca, notaba pasar el viento de sus palabras a gran velocidad, lamiendo su cara.

- No sé si sabré estar sin ti.

Un momento de duda. Ella le toca la cara suavemente, con miedo pero con decisión. Los ojos no saben si seguir abiertos o cerrarlos para acabar de abandonarse.

Se besan.

Él hace un gesto de desagrado y se separa.

Ella lo mira con desconcierto:

- ¿Te lo has pensado mejor?¿O sólo te estabas riendo de mi?

- No, no es eso.

Y de un golpe de mano levantó su sayo, dejando al descubierto su sexo, cubierto de hierro.

- Duele.

Y sonrió con una medio mueca.


Dedicado a la pequeña insomne , a Jon Doe, ese chico de las historias íntimas, y a los que están ahí siempre, para lo bueno y para lo malo.

Foto: Marcelo Kohn

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Ostres! Qué historia tan especial y romántica...!
Me quedo con:
"Y cuanto menos caso le hacía, más empeño ponía en esos menesteres"

Veo que a todos nos gusta complicarnos la vida y nos atrae aquello que no tenemos o que no podemos conseguir.

Genial manera de empezar el lunes, me ha transportado a otro mundo, otra realidad(aunque fuera una historia para irnos a dormir).

MUA!

Anónimo dijo...

Guerra de sexos entre dos extremos.
Me ha encantado.

Yo me quedo con el final.

Sí que es un relato para irse a la cama, no tanto para dormir.

Te quiero terremoto

Jon Doe dijo...

(mis historias en realidad no parecen tan tan íntimas como las tuyas ;)

(los centinelas viven sin moverse y eso también duele)

(me gustó el cuento y el cuentamiento)

(me encantó estar, aquí, en tu espacio)

Gracias en todo.

Angeles dijo...

Solo puedo decir una cosa, me ha encantado.

Es posible que el insomnio siga acompañándome por las noches, pero se lleva mucho mejor con una sonrisa en los labios, y eso es lo que tengo ahora después de leer varias veces el cuento.

Me alegro de haberla conocido querida “cuentista”, y esto lo digo porque no conozco mejor oficio que el de aquellos que saben llegar al corazón de las personas con las palabras.

Petons

Jon Doe dijo...

(y un besazo enorme:)

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Me habeis emocionado con vuestros comentarios, pero el m�rito es totalmente vuestro, por imaginar f�sicamente al personaje, por notar que su silla estava dura, por acomodar vuestros ojos a la oscuridad, por notar la tensi�n y sentiros seducidos, por sentir el dolor y espero que tambi�n por sonreir.

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Descarriada,

Cada uno se queda con lo que más lo identifica.
Recuerdo que un dia un profe me dijo que por mis puntos de vista se notaba qie "yo estaba enamorada del amor". Y tu me sonreiste. En ese gesto también te estabas identificando.

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Sara, guarrona, ¡ja,ja,ja!

Sé que estás pendiente de mi.

Lucharé por solucionar lo que tenía que haber solucionado hace tiempo.

Estarás orgullosa de mi

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Jon Doe,

tengo muchas ganas de tener tiempo para bucear más tranquilamente por tu blog, y perderme por tus palabras.

Creo que no te das cuenta, pero en tus palabras dejas más cosas de las que a veces eres consciente.

Aún así me has hecho pensar:

Mis historias tienen una intimidad más agresiva, que acecha...No da opción.

La intimidad de tus historias es más sutil. Invita... y es el lector el que decide abandonarse. Y eso es muy bello.

¿Crees que es un reflejo de cómo somos?

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Petitona,

tus palabras también me han llegado al corazón.

¿Sabes que he sonreido imaginándote sonreir?

No me extraña que no puedas dormir, con tanto contar, tanto contar, ¡debes tener la cabeza llena de ovejas!

Hazme un favor ¿quieres? Duerme un poquito por mi...que últimamente no duermo más de tres/cuatro horas.

Jon Doe dijo...

No sé si es reflejo, supongo que de una rara manera tendemos a unas palabras y no a otras, a unas pausas o no pausas, a unos temas...

Supongo que uno escribe su impronta sin darse cuenta.

Creo que tienes razón decimos más de lo que creemos decir.

Reconocería a ciertos amigos por sus escritos, aunque fueran textos desconocidos para mí; pienso que los reconocería.

Todo este rollo macabeo para decir: sí (creo).


(también es bello dar las bruces de la intimidad)

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Yo también creo.

;)

Mua

Moriah dijo...

¡Y ella sin imaginar ni por un momento que él pudiera estar "castrado" temporalmente!

Me gusta el final. Ese guiño trasgresor al lector.

La tensión sexual es uno de los mayores alicientes del amor y el sexo. Sin duda.

Un saludo.

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Sí, la verdad es que era lógico que llevara cinturón de castidad. De hecho, al empezar el relato ni yo lo sabía...

A veces, cuando encontramos lo que buscamos, no es exactamente cómo lo habíamos esperado o deseado, hay que adaptarse e improvisar.

;)

Por cierto, aplícate tu también el término de "cuentista", hace tiempo que tus relatos me han robado el corazón.

Un beso.

elena dijo...

una historia a partir de una foto, o de unos desconocidos, como no ibas a conseguir que nos enganchara y que cobrara vida. Sin ninguna duda

me queda todavía mucho por descubrir aquí dentro, necesito un poco de tiempo, pero de momento me encanta, y si muchas imágenes conocidas, y ni el más mínimo "problema"

petons

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Helen,

No llames al mal tiempo, que acostumbra a llegar solo.
Ja,ja,ja.
Sí, no está hecho a proposito pero la mayoría estan hechas en NeW York.

Un beso

Pilar Marsà dijo...

¡Me ha fascinado!

Dejare entrever mi visibilidad por algunos momentos, si quieres compartirlos
;-)

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Pili!

Pero si estabas por aquí!

Me alegro que te gustara, la verdad es que ahora cambiaría algunos trozos.

Sólo decirte que me encantará compartir todos los momentos que tú me dejes...

Estaré más atenta, ahora que sé que te camuflas.

Un beso.